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lunes, 26 de abril de 2010


Kaká: Dotado de una visión de juego privilegiada y de un remate terrorífico. El brasileño controla los tiempos del fútbol como nadie en Europa. Un jugador capaz de asistir permanentemente a sus compañeros y que termina cada temporada con un buen puñado de goles. Con capacidad de liderazgo, siempre ha asumido las responsabilidades que le ha pedido el juego. Un hombre que se ha caracterizado toda su carrera por su vida ordenada y sus fuertes convicciones religiosas. Ricardo Izecson Dos Santos, Kaká (22/04/1982). Nace en Brasilia y se cría en Sao Paulo. Kaká es el nombre con el que se conoce en Brasil a los que se llaman Ricardo y como le llamaba su hermano menor Rodrigo, también futbolista. Kaká tuvo una infancia privilegiada y se crió en una familia acomodada que le dotó de una educación notable. El momento más duro de su juventud llega cuando, con dieciocho años, sufre un accidente en una piscina. El brasileño se fracturó la espina dorsal, pero afortunadamente no sufrió un daño grave. En su época escolar, destaca en equipos de categorías inferiores. El Sao Paulo pone los ojos en él y le recluta. En el año 2001, debuta en el equipo paulista, anotando doce goles en 27 partidos. El año siguiente, hizo 10 en 22 encuentros. En su primer club como profesional, Kaká conquista un Supercampeonato Paulista (2002) y es llamado por primera vez con su selección. Los principales clubes europeos se fijan en un joven espigado que apunta maneras de crack. En 2003, con apenas 21 años, decide dar el salto a Europa. El Milán se hizo con los servicios del joven más prometedor de Sudamérica.
EN EL MILÁN LO GANA TODO Su primer año en Milán fue de adaptación. Pese a no ser indiscutible, disputó 30 partidos y sumó dos goles. También aprendió a ganar títulos de renombre, como el Scudetto y la Supercopa de Italia. Un Milán lleno de grandes jugadores como Nesta, Maldini, Pirlo, Seedorf, Inzaghi o Shevchenko vio como Kaká se convertía en el líder de todos ellos. En 2005, el italiano se convierte en el gran culpable de que su equipo se clasifique para la final de la Liga de Campeones, aunque terminaron perdiendo en la tanda de penaltis ante el Liverpool. Su explosión como uno de los dominadores del fútbol mundial se produce en la temporada siguiente. Su gran año le vale para ganar la Copa de Europa, de nuevo con el Liverpool como rival en la final y el Mundial de Clubes. El mundo del fútbol es unánime y el centrocampista es galardonado como el Balón de Oro, el FIFA World Player y el galardón de mejor jugador del mundo de FIFPro. Las dos temporadas siguientes, coinciden con el declive del Milán. Kaká es el mejor de una plantilla que acusa el paso del tiempo en algunos de sus jugadores capitales.
LÍDER DE SU SELECCIÓN Kaká debuta con Brasil en enero de 2002 en un encuentro ante Bolivia y pronto comienza a aparecer en las alineaciones de la pentacampeona. En 2002 su país gana la Copa del Mundo, pero el paulista cuenta apenas con 20 años y no disfruta de demasiados minutos. La experiencia le vale para asentarse en un equipo en el que lleva desde entonces apareciendo. Dos años después del éxito mundial, Kaká es una pieza básica de su equipo y conquistan la Copa América 04. La copa confederaciones de 2005 cierra un ciclo dorado para la verdeamarelha. Desde entonces, Kaká lidera a un equipo que siempre ha aglutinado algunos de los mejores futbolistas del mundo. En 2009, repite en la Copa Confederaciones y lidera a su equipo en una nueva victoria en el torneo.

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